Ahora en minoría, los senadores demócratas cerraron filas con los republicanos el jueves para que avance un proyecto de ley que requerirá que las autoridades federales detengan a los inmigrantes no autorizados que hayan sido acusados de ciertos delitos, y señalaron que tratarán de encontrar cuestiones en las que puedan trabajar de la mano con el presidente electo Donald Trump al tiempo que tratan de bloquear gran parte de su agenda.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, y la mayoría de los demócratas de la cámara alta estadounidense votaron a favor de proceder con el proyecto de ley.
La votación fue de 84-9. Tanto Trump como los republicanos han impulsado la medida y la han vuelto una prioridad desde que la estudiante de enfermería de Georgia, Laken Riley, fue asesinada el año pasado por un venezolano que entró ilegalmente en Estados Unidos y a quien se le permitió permanecer para seguir su caso de migración.
Sin embargo, Schumer no ha prometido votar a favor del proyecto de ley final, y dejó claro que los demócratas sólo permitirán que se apruebe si los republicanos trabajan con ellos en enmiendas bipartidistas. La votación procedimental del jueves permitirá que ese proceso comience.
Schumer comentó que el nuevo líder de la mayoría, John Thune, “ha dicho que quiere hacer del Senado un lugar donde todos los miembros deben tener la oportunidad de hacer oír sus voces. Este proyecto de ley sería un buen punto de partida”.
El apoyo de Schumer al proyecto de ley llega después de que los demócratas perdieron la mayoría en el Senado y la presidencia en las elecciones de noviembre, y están tratando de elegir cuidadosamente sus batallas contra Trump al tiempo que intentan bloquear gran parte de su agenda.
Los republicanos necesitarán siete votos demócratas para aprobar la mayoría de los principales asuntos de política en el Senado de 53-47, y Schumer ha mantenido que Thune tendrá que trabajar con ellos para lograr cosas.
La nueva estrategia demócrata supone un cambio respecto al primer mandato de Trump, cuando los demócratas se enfrentaron abierta y agresivamente al republicano en materia política. Y es una prueba del delicado equilibrio que Schumer está tratando de alcanzar después de que los republicanos dominaran las elecciones del año pasado y algunos de los miembros más moderados de su bancada están tratando de demostrar que pueden trabajar con el nuevo presidente.
Los demócratas moderados han apoyado algunos esfuerzos republicanos para endurecer la inmigración y han señalado que podrían apoyar el proyecto de ley.
Varios demócratas que se presentaron a la reelección el año pasado adoptaron controles de inmigración más estrictos como una forma de contrarrestar los ataques del Partido Republicano mientras el gobierno del presidente Joe Biden luchaba por manejar una afluencia de migrantes en la frontera suroeste.
La Cámara de Representantes aprobó la propuesta a principios de esta semana, convirtiendo el proyecto de ley en una de las primeras acciones del Congreso recién controlado por los republicanos después de usar el asesinato de Riley como un punto en común durante las elecciones.
Requeriría que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) arreste a los migrantes que se encuentran en el país de manera ilegal que hayan cometido delitos de robo, allanamiento, hurto o robo en tiendas y exige que sean detenidos hasta que sean expulsados de Estados Unidos.
El proyecto de ley también permitiría a los estados demandar al gobierno federal si pueden demostrar daños causados por migrantes que ingresen al país ilegalmente.
La Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley el año pasado, pero Schumer no lo sometió a votación cuando los demócratas eran mayoría.
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