La Pontificia Comisión para la Protección de los Menores del Vaticano ha recomendado a la iglesia de Colombia crear «un grupo organizado» para defender y acompañar a eventuales víctimas de abusos, entre otras disposiciones publicadas este martes en el primer informe anual sobre este tema.
La comisión, creada en 2014 por el papa Francisco para atajar la crisis de los abusos, se reunió con una parte de la Conferencia Episcopal Colombiana en abril de 2023, en la visita ‘ad limina’ que todos los obispos del mundo deben hacer a Roma cada cinco años.
Con las conclusiones del encuentro, y con las iglesias de otros 19 países de todo el mundo, ha creado su primer Informe Anual sobre «las políticas y procedimientos de tutela en la iglesia».
«En general, la Comisión ha notado una infraestructura alentadora dotada de guías nacionales, diocesanas y sistemas de denuncia locales», se lee en la parte sobre Colombia de este documento.
Antes de la visita a la Santa Sede, los obispos remitieron a la Comisión un cuestionario en el que, entre otras cosas, reclamaban «la utilidad de ampliar los recursos financieros y humanos para poner en marcha un progresivo plan de acción» en este asunto.
El organismo vaticano, dirigido por el cardenal estadounidense Sean Patrick O’Malley, ha notado «una seria reflexión por parte de los obispos sobre sus límites e infracciones a sus protocolos que ha aportado más dolor a las víctimas y supervivientes» de abusos.
Por esa razón, la iglesia colombiana ha manifestado su voluntad de «revisar» sus líneas de acción.
La Comisión ha recomendado al clero del país suramericano «crear un grupo organizado de defensa y apoyo», que define como ‘advocacy’, para las víctimas y que integre la definición de nuevas políticas.
Asimismo considera de «particular importancia» que se agilice la formación en materia de protección entre laicos y el clero en «cada diócesis».
Entre las «buenas prácticas» detectadas, el Vaticano destaca «las valoraciones psicológicas» de los candidatos al sacerdocio, el «control diligente» en los traslados de curas entre provincias eclesiásticas y la implicación de los laicos en las estructuras de la iglesia colombiana.
Por el contrario, la Comisión también ha detectado «desafíos persistentes» como «la necesidad de definir mejor» a los adultos vulnerables, el desarrollo de códigos de conducta y protocolos detallados para tratar con «presuntos culpables» o una relación «más estructurada» con los medios de comunicación.
Otro «reto» importante es «la ausencia de mecanismos estables de verificación y control» de eventuales casos.
El Vaticano destaca que la Conferencia Episcopal de Colombia, a menudo salpicada por los casos de abuso y encubrimiento, ya se dotó en 2012 de un primer documento con medidas contra los delitos contra el Sexto Mandamiento, «no cometerás actos impuros».
Aquel texto se titulaba «No descuides el carisma que hay en ti. Orientación y procedimientos en la formación afectiva de sacerdotes y religiosos», fue pionero pero «presentaba algunos problemas» por lo que en 2022 el clero colombiano publicó uno nuevo en colaboración con la Santa Sede, titulado «Cultura del cuidado en la iglesia Católica colombiana: Líneas Guía».
La Comisión reconoce ahora «la madurez» de este documento, que profundiza en el tema del cuidado e introduce mecanismos que «permiten la recepción de reclamos» pero lamenta que es «menos usable» desde que se decidió incluir un apéndice con toda la legislación sobre esta materia.
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