En la comunidad indígena San Lorenzo, ubicada en el municipio Cajigal, zona oeste del estado Anzoátegui, temen quedar incomunicados por el colapso de un puente.
¿Esto a qué se debe? Bueno, la razón es que la estructura, situada sobre el río Güere, lleva alrededor de dos años caída tras un fuerte aguacero. Sin embargo, la gente improvisó un paso peatonal que ahora también está en riesgo por la crecida del río.
Dicho puente comunica a unas 200 familias con la población de San Pablo y esta a su vez con diferentes localidades. En caso de quedar aislados, no tendrían acceso a comida, medicinas y tampoco a dónde ir en caso de alguna emergencia de salud.
Quienes viven en la comunidad indígena San Lorenzo se las ingeniaron para mantener la comunicación pese a la caída del puente.
Como pudieron armaron un paso peatonal con madera y tubos, pero la circulación de carros quedó restringida. Solo las personas en motos pasaban, pero con el incremento del nivel del río están afectados en su totalidad.
Algunas personas que prefirieron reservar su nombre contaron parte de lo que viven desde octubre de 2022, cuando cedió la estructura original.
Por ejemplo, dijeron que los liceístas tienen que trasladarse en moto hasta el puente, bajarse para cruzar el río caminando y subir nuevamente ya del otro lado. Y eso solo cuando el nivel del agua es bajo, porque cuando está alto no pasa nadie y no asisten a clases.
En la comunidad indígena San Lorenzo ya no quieren ayudas, sino soluciones
Los afectados indicaron que la alcaldesa Nedymar Marcano envía constantemente funcionarios policiales y de Protección Civil al sitio. Agregaron que permanecen allí todo el día para ayudar a pasar a las personas de un lado a otro.
No obstante, fueron claros al decir que ya no quieren solo ayudas, sino soluciones definitivas para al menos tener tranquilidad en cuanto a la movilización.
“Las personas para poder comprar medicinas y alimentos deben hacer transbordo de una moto a otra para llegar a San Pablo. Solo pocos mototaxistas se atreven a pasar”, añadió una de las personas que reside en la comunidad indígena San Lorenzo.
Finalmente, comentaron que su día a día empeora porque no reciben agua potable y solo algunos que tienen para pagar la adquieren desde la comunidad vecina. Aseguraron que tienen una planta de tratamiento, pero está inactiva, y cuando el río Güere está crecido no pueden contar ni con agua cruda.
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