El Real Madrid empieza a ver la luz. Los de Ancelotti aterrizaban en la Champions, competición en la que son vigentes campeones, con la intención de dar un golpe en la mesa y redimirse de un inicio de temporada gris tirando a negro que ha hecho saltar todas las alarmas. Un gol de Mbappé nada más arrancar la segunda parte parecía que hacía despertar a los blancos después de una primera parte a remolque, tratando de frenar las embestidas del Stuttgart. Pero tan solo ocho minutos después, Denis Undav hacía el tanto del empate. Cuando parecía que la victoria se le escapaba al Real Madrid, ha aparecido Rüdiger para volver a adelantar a los suyos en el marcador y Endrick cerraba el encuentro con un tercer gol en el último minuto para certificar la primera victoria del equipo en Champions.
Después de que los blancos conquistaran la Supercopa de Europa ante el Atalanta no han levantado cabeza. El inicio en liguero no ha hecho más que resaltar las carencias que el equipo está viviendo, sufriendo la ausencia de un Kroos a quien no se valoró lo suficiente cuando estaba y ahora que no está se le echa en falta. A ello se suman las ausencias por lesión, donde Carlo ha tenido que surfear las olas como podía. Con dibujos totalmente fuera de lo habitual, como Carvajal de central, que es la posición en la que se estrenaba en Champions. El regreso de Militao, Bellingham y Tchouaméni apaciguaba un poco la epidemia que estaba viviendo el vestuario blanco.
Con este panorama aterrizaba el Real Madrid en Champions, donde una afición esperaba para recibir a su equipo y poder celebrar la primera victoria en la competición. Los minutos iniciales no invitaban a la esperanza. El Stuttgart saltaba al campo dispuesto a hacer una declaración de intenciones, de igualar los estatus, de demostrar que no importaba cuantas Champions tenía quien, solo el presente y el partido que se estaba disputado un martes 17 de septiembre a las 21 horas. Con tres ocasiones seguidas que casi acaban batiendo a Courtois, los de Hoeness advertían de que iban a por la victoria, mientras los de Ancelotti trataban de achicar aguas viendo como el barco empezaba a hundirse.
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