Emmanuel Macron ha seguido esta mañana las consultas para nombrar a un nuevo primer ministro con sus dos predecesores como presidentes de la República, el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy, tras recibir al nombre que más ha sonado para el cargo, Bernard Cazeneuve.
Ninguno de los tres ha hecho declaraciones a su salida del Palacio del Elíseo y nada se ha filtrado en un primer momento de las conversaciones, que continúan esta tarde con varias personalidades políticas, en particular con el exministro derechista y presidente de la región Hauts de France, Xavier Bertrand.
Bertrand, que debe llegar a las 15.30 hora local (13.30 GMT), ha aparecido en las quinielas de los medios en los últimos días como una de las opciones que baraja Macron para liderar el Gobierno que tendrá que lidiar con la Asamblea Nacional salida de las legislativas avanzadas del 7 de julio, caracterizada por una fragmentación inédita.
Por otro lado, Cazeneuve, que ha sido el primero en llegar al Elíseo a las 8.45 y ha permanecido una hora y cuarto, es para Macron la alternativa de una izquierda muy moderada a Lucie Castets, la primera ministra que quiere imponer desde hace mes y medio, sin éxito, la coalición de izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP).
El que fuera ministro y luego primer ministro durante el mandato de Hollande (2012-2017) -y que más tarde se salió del Partido Socialista (PS) sobre todo por sus divergencias con la nueva dirección por su acercamiento con La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon- se percibe como una tentativa del jefe del Estado para hacer saltar por los aires el NFP.
El primer secretario del PS, Olivier Faure, ha advertido esta mañana, cuando se le ha preguntado en una entrevista con el canal BFMTV por la posibilidad de que Macron nombre a Cazeneuve, que se censurará «cualquier continuidad con el macronismo».
Además de insistir en que la cuestión real es con qué objetivo Cazeneuve sería designado primer ministro, en qué condiciones y «con qué garantías», Faure añadió que el problema es que en la situación actual se convertiría en «prisionero» de la coalición macronista, cuando ni tiene y ni siquiera ha buscado el apoyo del NFP.
Más tajante todavía ha sido la jefa del grupo parlamentario de LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, que ha avisado que «censuraremos cualquier gobierno que no esté dirigido por Lucie Castets», en otra entrevista a la televisión France 2.
En referencia a la hipótesis de Cazeneuve, Panot ha hecho hincapié en que el antiguo primer ministro socialista «se opone al programa del NFP» y «pertenece al antiguo mundo del hollandismo del que queremos pasar página».
Precisamente, después de Cazeneuve el que ha pasado por el Elíseo ha sido Hollande, quien desde el 7 de julio vuelve a ser diputado siete años después de haber terminado su mandato presidencial y que además podría ser uno de los grandes valedores del que fue su primer ministro.
A mediodía, el jefe del Estado ha recibido a Sarkozy, que en una entrevista al diario Le Figaro que se hizo pública el pasado viernes lanzó un mensaje en dirección del que fue su partido, Los Republicanos (LR), para que se impliquen en la formación del Gobierno y para buscar el nombramiento de un primer ministro de derechas.
EFE
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