La Subsecretaría de Relaciones Exteriores ha coordinado reuniones con países vecinos y el Gobierno chileno planteó definir cuotas de admisión de posibles migrantes, como se hizo en Europa, para repartir la totalidad entre distintos países de la región.
Además, las autoridades chilenas han reforzado la presencia militar fronteriza y han promovido encuentros entre los ministerios y los alcaldes de los lugares más concurridos en el norte del país para analizar la posibilidad de que se desate un nuevo flujo migratorio.
«La verdad es que la ola migratoria no se ha detenido en ningún minuto. Ciertamente, hay una preocupación de que esto se pueda intensificar y para eso tenemos que prepararnos», afirmó Carolina Tohá, ministra del Interior de Chile, en una comparecencia pública.
A ello se suma la crisis entre los dos países, con la decisión de Nicolás Maduro de expulsar al cuerpo diplomático chileno de Caracas y cerrar la embajada venezolana en Santiago, por el desconocimiento de los resultados electorales. La medida ha dejado en desamparo consular a los más de 700.000 migrantes venezolanos en Chile.
Por esa incertidumbre, los venezolanos residentes en Chile también creen que nuevos compatriotas abandonarán su país.
El pasado 17 de agosto muchos miles salieron a manifestar en Santiago, en lo que fue la congregación más multitudinaria de los últimos tiempos para exigir al Consejo Nacional Electoral que revele las actas que supuestamente acreditan la reelección de Nicolás Maduro.
«La verdad que la diáspora venezolana en Chile somos una migración muy grande y eso afecta el funcionamiento de cualquier país, no solamente de Chile. Pero, gracias a este Gobierno, al apoyo que nos está dando el Senado, el Congreso, para conseguir nuestra libertad, esa libertad que nos va a llevar a regresar a nuestro país», expresó María Rondón, venezolana residente en Santiago.
Por otra parte, las cifras económicas sobre el impacto de este flujo migratorio venezolano muestran, según un informe del Banco Mundial, que este supuso un aporte de 0,8% al crecimiento del producto interior bruto de Chile en los últimos años.
Además, los venezolanos tienen una mayor participación en el mercado laboral, con 80,8% frente a 60% de los chilenos; cuentan con costos de Protección Social menores; pagan más impuestos de los beneficios que reciben; y sus niveles educativos son superiores al promedio chileno. Más de la mitad de ellos, unos 400.000, cuentan con título de educación superior.
