Creo que deberíamos de empezar por algo de lo que no se viene hablando; la necesidad rusa de reforzar su frontera con Ucrania al norte del frente de combate: Tengamos en cuenta que entre el extremo Norte de los territorios ucranianos ocupados y anexados por Rusia y la zona donde se inició la incursión ucraniana en el oblast de Kursk es de más o menos 700 kilómetros. Ese enorme espacio estaba en términos militares “vacío” para acciones militares de envergadura de ambos contendientes. A lo mencionado debemos de agregar centenares de kilómetros de frontera entre Ucrania y Rusia en iguales condiciones de “vacío” hacia el Noroeste y luego al Oeste hasta alcanzar la frontera con Bielorusia.
Todos esos gigantescos espacios demandarán de los rusos disponer de tropas militares (terrestres y aéreas) no ya para “vigilar” esos territorios sino más bien para generar “reservas preposicionadas” en condiciones de responder rápidamente ante otra posible intentona ucraniana; es muy posible que ello se conforme con los contingentes rusos que disponen en distintas zonas de la inmensa geografía rusa. Disponer de ellos no es un problema estratégico, pues no hay amenazas desde el “Lejano Oriente” para Rusia, sin embargo esto me parece repercutirá en el futuro de la guerra. Profundicemos esto.
Dos miradas muy dispares sobre cómo Rusia seguirá la guerra
Advertencia: Lo que sigue a continuación es una suerte de “compendio” de lo que fuentes en Europa Occidental, Rusia y Estados Unidos están exponiendo sobre el tema. Todo ello lo tamizaré en una conclusión final:
1) Mirada de una Rusia que “va por todo”: Esta se asienta, a mi juicio, más en aspectos de orden “moral” que militares (entendiendo “moral” como los militares perciben el concepto: algo así como una suma de voluntad de vencer y amor propio originado en un enorme patriotismo). No me maldigan a mí, pero el hecho que después de 78 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, tropas extranjeras ingresen en fuerza agresora, aunque sea a una porción ínfima de la “Madre Rusia” es una afrenta gigantesca para el ruso promedio. Nunca duden de eso, o al menos estudien la historia de Rusia. Sabiendo de ese estado de ánimo, muchos políticos rusos vienen expresando en la Duma y en medios cosas tales como “destruir totalmente a Ucrania”. Este tipo de declaraciones no son nuevas, son las que han primado en la política rusa que no tiene “responsabilidades” de conducir la guerra. En punto a lo anterior algunos esperan una Rusia que aumente todavía más sus exigencias para una paz con Ucrania, lo que sería lo menos grave. Otros creen que Rusia podría ir por destruir Ucrania, llevarla a un estado de devastación tal que su recuperación sea algo que lleve décadas, o bien que su existencia como Estado independiente finalice.
2) Mirada de una Rusia que “modera su disgusto”: Otros analistas, no son la mayoría debe de decirse, creen que Rusia mantendrá la “cabeza fría” y no buscará tomar caminos tan extremos como los que esbocé en el apartado anterior. Desde esta perspectiva lo crítico es como les mencioné destruir la incursión ucraniana, si es que ellos no se repliegan antes de que ello sea factible. Posterior a ello el esfuerzo sería volcado a aumentar todavía más la presión que sobre los ucranianos se ejerce en el frente al Este del Dnieper, en consonancia con llevarlos de crisis en crisis a una situación que los obligue a sentarse a negociar casi sin condiciones. En esta perspectiva lugares icónicos para Rusia y Ucrania como las ciudades de Odessa y Jarkov no serían necesariamente objeto de luchas por su control
3) Conclusiones de un curioso académico de Caracas: Debemos tener en cuenta para empezar esta parte que Rusia no ha hecho más que “dos movilizaciones parciales”. Los hombres del país no están sujetos a una movilización para combatir. El frente se surte de los voluntarios que por miles se suman mensualmente y de los profesionales (militares, mercenarios hay también, Chechenos, etc). Los ciudadanos obligados a servir como conscriptos no son destinados al frente de combate (no hay mucha pintura en los cuarteles rusos…). Si está totalmente movilizada para la guerra contra Ucrania la industria rusa, y a mi juicio la mayor parte de sus fuerzas aéreas y una porción menor de su armada. Si tenemos en cuenta lo que les he comentado, es decir un país que no está totalmente movilizado para la guerra, la perspectiva de una Rusia que “vaya por todo” no me parece creíble mientras este estado de cosas se mantenga: es decir sin movilizar a los hombres y mientras la guerra se mantenga por debajo del umbral nuclear (en ese caso la movilización de tropas es totalmente innecesaria). Con la fuerza que Rusia ha desplegado en el Teatro de Operaciones (TO) en Ucrania, han logrado imponer desde octubre de 2022 una guerra de desgaste que ha diezmado todo lo que los ucranianos le opusieron (salvo para los todólogos latinoamericanos, claro). Poseen en el TO una reserva operativa muy fuerte y con enorme poder de fuego. Ella pudo haberse empleado en el invierno pasado para decidir la campaña, algo que como lo hemos comentado no hicieron por razones políticas. Con el verano finalizando en un mes más y con previsiones que el lodazal recién comience a manifestarse a principios de Octubre (esto es una estimación meteorológica que puede cambiar!!), al menos a mí parecer luce como algo temerario esperar que los rusos se lancen a terminar la campaña ahora. Puedo equivocarme sin dudas, pero es cómo lo veo. Pensemos un poco: Tenemos certeza que no hay lodazal al menos hasta mediados de Septiembre, pero de allí en más son sólo estimaciones. Es decir que se tiene un mes para operaciones con medios pesados sin limitaciones y luego un período que se aprecia puede extenderse por 15 días hasta que el lodazal se haga presente. En términos militares es para mí un riesgo no menor “jugarse” a que las condiciones meteorológicas sean favorables. Creo que el hecho de Rusia de llamar a una movilización general de sus hombres es una posibilidad, pero algo que me parece improbable, salvo que sean incapaces de destruir la incursión ucraniana. No creo que en actual estado de cosas Rusia tome el camino de la movilización general; tampoco creo factible que recurra a escalar hacia el umbral nuclear (algo que debe de decirse desde la política reclaman al Kremlin desde hace meses!!). Mi estimación es que como les he venido mencionando Rusia mantendrá el “tempo” que estableció para la guerra desde el hoy lejano Octubre de 2022. Esto puede cambiar y de manera dramática si no destruyen la incursión ucraniana. En ese caso la presión política sobre el Kremlin puede llevar a caminos impredecibles. Recuerden siempre: la guerra nunca es un hecho donde sólo la racionalidad opera. Las pasiones están siempre presentes. Desde el soldado hasta el líder político. Cuidado con esto.
Las recomendaciones de esta semana de mi “inútil biblioteca”: IMPERIOS por Jane Burbank y Frederick Cooper, contra los tópicos de una historia de tradición europea, limitada al marco de las naciones, Burbank y Cooper recorren la evolución de los imperios desde los antiguos de Roma y China hasta sus configuraciones contemporáneas en la Unión Soviética o los Estados Unidos. Nos hablan no sólo de sus conquistas y sus rivalidades, sino también de las estrategias de dominación que les permitieron someter y manipular a poblaciones muy diversas; RUSSIAN REALISM, Defending “Derzhava” in International Relations por Andrei P. Tsygankov, en este libro se analiza el pensamiento geopolítico ruso contemporáneo, y explora la noción de Derzhava como la base del realismo ruso. Tsygankov, uno de los actuales más importantes politólogos y teórico de las RRII en Rusia, define a los realistas rusos como todos aquellos que están a favor de las acciones del Estado ruso en defensa de sus intereses, incluida la protección de la soberanía nacional, la seguridad, el poder y el prestigio en la escena internacional. Lo que distingue al realismo ruso es su “visión de la rusicidad” formada por la experiencia histórica, cultural y religiosa del país y su posición semiperiférica en el sistema internacional. La visión enfatiza la importancia de la supervivencia, la preservación de un Estado fuerte y la protección de los intereses nacionales frente a infracciones externas; MAN, THE STATE AND WAR por Kenneth Waltz, ¿cuáles son las causas de la guerra?, ¿cómo se podría lograr un mundo más pacífico?, en esta obra emblemática de la teoría de las relaciones internacionales, publicada por primera vez en 1959, el eminente erudito realista Kenneth N. Waltz ofrece un análisis fundamental de la naturaleza del conflicto entre Estados. Explora obras de filósofos políticos clásicos, como San Agustín, Hobbes, Kant y Rousseau, y de psicólogos y antropólogos modernos para descubrir ideas destinadas a explicar la guerra entre Estados y prescripciones relacionadas para la paz. Waltz distingue de manera influyente entre tres «imágenes» de los orígenes de la guerra: las que culpan a los líderes individuales o a la naturaleza humana, las que tienen su raíz en la composición interna de los Estados y las que se refieren a la estructura del sistema internacional; POLÍTICA ENTRE LAS NACIONES por Hans Morgenthau, presenta una teoría de política internacional, el modo en que debe validarse una tal teoría debe ser empírico y pragmático, antes que apriorístico y abstracto. La problemática que esta teoría afronta concierne a la naturaleza de toda política. La historia de la confrontación entre dos escuelas (idealista y realista) que en lo sustancial difieren en sus concepciones sobre la naturaleza del hombre, de la sociedad y de la política.
@J__Benavides
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