El referendo consultivo del 3 de diciembre en Venezuela podría interpretarse como “un cheque en blanco” para autorizar un conflicto bélico con Guyana, según especialistas. La narrativa belicista entre los gobiernos de ambos países ha escalado, afirman expertos.
La probabilidad de un conflicto armado entre Venezuela y Guyana por su histórica disputa de un territorio de 159.000 kilómetros cuadrados, conocido como el Esequibo, se ha hecho “grande y real” en las últimas semanas, en medio de una escalada de las tensiones entre ambos países de América del Sur, de acuerdo con especialistas en seguridad y defensa consultados.
Venezuela y Guyana disputan como suyo desde el siglo XIX el territorio del Esequibo, con una población cercana a las 130.000 personas, pero rico en recursos naturales y energéticos. Guyana era conocida antes de su independencia como la “Guayana Británica”, luego de formar parte de 3 imperios.
Guyana culminó en septiembre pasado una ronda de negociaciones con empresas petroleras trasnacionales para explotar zonas marítimas que Caracas describe como en reclamación y pendientes de delimitación, calificando esas licitaciones como violatorias del derecho internacional.
Entretanto, la demanda de Guyana para validar un laudo arbitral que le benefició en 1899 avanza en la Corte Internacional de Justicia, órgano de Naciones Unidas, que se declaró competente para fallar de fondo sobre la controversia.
El gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, desconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia sobre el asunto y promueve la realización de un referendo consultivo para reivindicar su derecho territorial en el Esequibo.
En octubre, Guyana pidió al embajador venezolano en Georgetown una explicación sobre el aumento de actividades militares cerca de la frontera común.
Según Caracas, se trata de operaciones de combate a la minería ilegal. Guyana, sin embargo, advirtió que permanecía “en guardia” ante los movimientos de tropas del país vecino y que había tomado “cuidadosa nota” de la ejecución de ejercicios militares cerca de su frontera.
El ministro de Defensa venezolano, general en jefe Vladimir Padrino López, acusó en octubre al presidente guyanés Irfaan Ali de asumir una “retórica arrogante y belicista”, presuntamente por indicaciones del gobierno de Estados Unidos.
“Nos preparamos para todos los escenarios, sin embargo, esperamos que la paz y la razón prevalezcan”, apuntó el oficial en un video difundido en redes sociales.
“Desespero” económico
“El peligro de conflicto es grande y real” entre Venezuela y Guyana, asegura a la Voz de América el consultor, analista de seguridad nacional, periodista y autor estadounidense Douglas Farah.
Según su diagnóstico, “está en juego el futuro de dos economías” suramericanas en un contexto de controversia territorial y particularidades internas.
Farah, presidente de la firma consultora sobre seguridad nacional IBI Consultants, resalta que el gobierno venezolano “está desesperado por explotar nuevas reservas de petróleo” distintas al crudo pesado que suele procesar, “de menos valor y más caro de producir”.
Guyana, por su parte, tiene el potencial de dejar atrás “una economía dependiente de varios productos con mercados fluctuantes” para adentrarse de lleno a una donde exista “la infusión de millones de dólares por décadas”, acota.
El presidente Ali denunció este mes que su nación enfrentaba “amenazas” de Venezuela y llamó a que nadie confunda el compromiso de su país con la paz y la solución pacífica de las controversias con “un sentimiento de debilidad”.
“Nos mantenemos firmes en nuestra determinación de defender vigorosamente nuestro país y su pueblo, salvaguardando nuestra integridad territorial y soberanía”, manifestó en un mensaje a las Fuerzas de Defensa de Guyana.
Un referendo que inquieta
Rocío San Miguel, presidenta de la asociación civil Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, fija su mirada en dos de las cinco preguntas del referendo consultivo sobre el Esequibo que Venezuela espera realizar el 3 de diciembre.
La cuarta pregunta ideada en el seno del poder legislativo de Venezuela, que controla el chavismo, pregunta a la ciudadanía si está de acuerdo con “oponerse, por todos los medios, conforme a derecho, a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del derecho internacional”.
La quinta interrogante cuestiona sobre la creación del estado Guayana Esequiba en la zona en reclamación para, luego, adelantar “un plan acelerado” para atender a su población, incluso con el otorgamiento de ciudadanía y cédulas de identidad venezolanas.
“Las preguntas 4 y 5 del referendo consultivo, en caso de responderse afirmativamente por los venezolanos, constituyen un cheque en blanco que podría autorizar incluso un conflicto armado”, advierte a la VOA San Miguel, también abogada.
Esta semana, la representación de Guyana aseguró en una audiencia de la Corte Internacional de Justicia, órgano de las Naciones Unidas, que consideraba el consultivo venezolano como una “amenaza existencial” para sí.
El Esequibo representa dos tercios del territorio que Guyana dice suyo.
Ocupación fáctica del territorio
La experta en seguridad y defensa opina que los términos en que se plantea la pregunta cuatro abren particularmente la puerta a un conflicto.
“En efecto, ‘oponerse, por todos los medios, conforme a derecho’, como propone la pregunta cuatro del referendo consultivo, incluye la posibilidad para un Estado de iniciar una guerra, si interpreta que su integridad territorial se encuentra amenazada”, valora.
Además, la creación del estado Guayana Esequiba por parte de Venezuela “supone la ocupación plena del territorio”, así como la administración de su población y recursos, “lo que podría generar una respuesta militar de Guyana con el apoyo de sus aliados”, advierte San Miguel.
Apunta que cualquier incidente militar fronterizo entre ambos países podría “escalar muy rápidamente con implicaciones muy graves” para ellos y la región.
El riesgo de “la malvinización”
Andrei Serbin Pont, doctor en relaciones internacionales y analista especializado en inteligencia geopolítica con base en política exterior, defensa, seguridad y derechos humanos, diagnostica que la amenaza de un conflicto armado entre Venezuela y Guyana debe interpretarse “como una preocupación seria” a la luz de los acontecimientos recientes.
Serbin Pont desempolva una de sus hipótesis más antiguas sobre las autoridades del chavismo: “la posibilidad de una malvinización de las crisis internas” en Venezuela por el gobierno de Maduro. Para él, es “un riesgo latente”.
En 1982, la dictadura argentina del teniente general Leopoldo Galtieri intentó recuperar militarmente el archipiélago de Las Malvinas de manos de Inglaterra.
Algunos analistas han evaluado esa guerra, en parte, como un intento de distracción a la situación interna de Argentina, que atravesaba una aguda crisis social y económica en el momento de iniciar la incursión, que duró 10 semanas.
La idea de “externalizar esas crisis” en Venezuela nunca ha derivado en un conflicto armado, según Serbin Pont, pero “sí crea tensiones que van escalando y pueden desembocar en instancias de violencia”.
El experto, nacido en Argentina, advierte sobre la “subestimación” de las capacidades del enemigo y de sus alianzas en un conflicto armado.
“Si se piensa que la recuperación del Esequibo simplemente es una cuestión de movilizar tropas a la zona y que Guyana no va a poder reaccionar porque no tiene una capacidad de defensa, claramente no es entender el panorama más amplio de apoyo internacional que puede tener Guyana y lo que eso puede implicar para Venezuela”, manifiesta.
En 1969, ocurrió un “antecedente violento” en el Esequibo, conocido como la Rebelión de Rupununi, recuerda Serbin Pont. En el sur del territorio, una comunidad mayoritariamente de amerindios intentaron separarse de Guyana, pidiendo ayuda y nacionalidad a Venezuela.
El Ejército de Guyana sofocó esa intentona separatista a la fuerza.