Sin embargo, los seguidores del mandatario afirman que simplemente es alguien genuino que dice lo que piensa.
También celebran sus otras excentricidades, como usar el pelo desordenado (lo llaman «el Peluca«) o cantar rock en sus mitines, todas características que lo llevaron a ser famoso antes de entrar en la política y que hoy lo distinguen de la tradicional «casta política» a la que dice despreciar.
«Si no, no sería yo», se justifica Milei cada vez que se aparta de las formalidades de su cargo.
3. “El mayor ajuste en la historia de la humanidad»
Milei no solo llegó a la presidencia de manera inédita y tiene un estilo de gobernar inédito. También hizo cosas que nadie había hecho antes.
Para empezar, cumplir desde el día uno con una promesa electoral: terminar con el déficit fiscal.
El economista libertario echó mano de la metafórica motosierra que utilizó como símbolo durante su campaña y arrasó con el gasto público, recortándolo un 35% en el primer semestre del año -equivalente a 5,6 puntos del Producto Interno Bruto (PIB)-, algo sin precedentes en la historia moderna de Argentina.
Según el propio Milei, se trató del «mayor ajuste en la historia de la humanidad» y su objetivo era lograr que Argentina deje de tener más gastos que ingresos (o déficit fiscal), un problema que ha aquejado al país durante 113 de los últimos 123 años y que explica sus constantes problemas de inflación.
A pesar de que muchos dudaban de que el gobierno pudiera sostener el superávit fiscal -tener más ingresos que egresos-, logró mantenerlo, lo que ha sido clave para bajar la inflación, según los expertos, ya que se cortó con la emisión monetaria (la impresión de billetes para cubrir el mayor gasto), lo que fogoneaba los precios.
Milei también sacó del rojo a las reservas del Banco Central, que heredó con un saldo negativo.
Y le está devolviendo credibilidad financiera a Argentina: el llamado “riesgo país”, un índice que cuantifica lo riesgosa que es considerada la deuda pública para los inversores extranjeros, está en su punto más bajo en cinco años.
Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial pronostican que en 2025 Argentina será el país de la región que más crecercá: un impresionante 5%.
Sin embargo, el costo que han pagado los argentinos por este ajuste sin precedentes ha sido enorme.
De hecho, parte del motivo por el que el crecimiento del año próximo será mayor que el del resto de las economías latinoamericanas es que Argentina partirá desde el último lugar.
La recesión que causaron las medidas de Milei hizo que este año el país sea el que más cayó económicamente: un 3,4%, según ambos organismos internacionales.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec), 7 de cada 10 niños argentinos es pobre. Y más de la mitad de la población -casi el 53%- no llega a cubrir sus necesidades básicas.
Si bien el gobierno atribuye este deterioro a las políticas anteriores del kirchnerismo, fue el reacomodamiento de precios que hizo Milei al asumir, incluyendo una brutal y repentina devaluación del peso -que perdió la mitad de su valor contra el dólar, cuya cotización estaba muy retrasada-, lo que hizo que el aumento fuera tan pronunciado.
Milei ha reconocido que el “sinceramiento de precios” llevó a que la pobreza aumentara al 57% en el primer trimestre. Pero asegura que, a partir de entonces, las correcciones económicas que está haciendo están generando una baja en los índices de pobreza, un dato en el que coincide el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA).
A comienzos de noviembre, Milei también anunció que «la recesión terminó» y prometió que “de ahora en adelante todo lo que queda es crecimiento”.
A pesar de su optimismo y de la buena situación macroeconómica, las encuestas muestran que cerca de la mitad de la población desaprueba de su gestión, un reflejo de que muchos aún no ven mejoras en su situación económica y otros reprueban sus constantes ataques contra emblemas de la educación, la cultura, la ciencia y el periodismo.
4. Peso fuerte
Quizás la cosa más inesperada que hizo Milei en su primer año fue apreciar el valor del peso, moneda a la que durante su campaña definió como «excremento«.
Dos de las políticas que lo distinguían como candidato eran su propuesta de dolarizar la economía y «dinamitar» al Banco Central.
Por eso ha sorprendido que, lejos de destruir el peso y la institución que se encarga de gestionar la política monetaria, Milei los ha fortalecido.
Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando J. Ferreres y exmiembro del Consejo de Asesores Económicos del gobierno, explicó a BBC Mundo que el presidente «decidió postergar» sus planes, ya que se encontró con un problema: la enorme deuda que el Central había contraído con los bancos privados durante los gobiernos anteriores.
«Si dinamitabas el Banco Central con toda esa deuda, lo que iba a pasar es que ibas a tener un problema con el sistema bancario», afirmó.
El economista explicó que «al arreglar el problema del Banco Central y el del déficit del Tesoro, dos de los mayores problemas que tenía el peso argentino, empezó a apreciarse la moneda«.
El gobierno dejó de emitir pesos, lo que llevó a que estos aumenten de valor, detalló.
Sin embargo, Milei asegura que su proyecto original sigue en pie. En un discurso ante empresarios dijo que su plan es que haya una «dolarización endógena» que eventualmente torne innecesario al Banco Central.
«Significa permitir el uso del dólar o cualquier otra moneda de cambio en una libre competencia de monedas», explica Spotorno. «El peso va desapareciendo porque la moneda de ahorro de los argentinos es básicamente el dólar».
Pero esta novedosa estrategia de Milei ha traído un problema inesperado: Argentina se puso cara en dólares.
Es algo que no solo incrementa el costo de vida de los argentinos, sino que además preocupa al sector turístico, que ya no recibe la ola de visitas extranjeras de los últimos años y prevé una temporada de verano muy complicada, con un éxodo de argentinos a países vecinos como Brasil, Chile y Uruguay.
Asimismo ha generado inquietud en la industria, ya que producir, tanto para el mercado local como para exportar, se encareció.
Pero, a pesar de que existe un consenso de que el valor del dólar oficial -el que está controlado por las autoridades- está retrasado con respecto a la inflación, el gobierno asegura que no volverá a hacer una gran devaluación del peso que reforzaría la moneda estadounidense.
El ministro de Economía, Luis Caputo, dijo que el plan es que converjan el dólar oficial y el «blue» (o dólar libre), la principal referencia de precios en este país, cuyo valor ha bajado en los últimos meses.
Una vez que esto ocurra, y que el gobierno termine de sanear las deudas del Banco Central, estarán dadas las condiciones para el próximo gran desafío de Milei: el levantamiento de los controles de capital (o «cepo») que hoy limitan el acceso al billete estadounidense y cuya eliminación es considerada por los analistas como un paso esencial para atraer inversiones y volver a generar confianza en Argentina.